sábado, 20 de abril de 2013



EL LÁPIZ

En principio se puede decir del lápiz que es una herramienta de comunicación antigua, que tuvo como antecesor en los remotos albores de la humanidad al dedo y hoy sigue siendo una extensión de la mano y de la mente. La forma contemporánea más conocida del lápiz es la de un cilindro o un hexágono alargado de 17 cm. de longitud  y un diámetro de 0,7 cm. fabricado de madera tallada industrialmente y pintada tradicionalmente de color verde o amarillo. El cuerpo del lápiz suele poseer un anillo metálico en uno de sus extremos que mantiene unidos al lápiz con una cabeza de borrador de igual diámetro y 1.0 cm. de longitud. A su vez, el cuerpo del lápiz envuelve un cilindro de color gris oscuro compuesto de grafito y arcilla denominado mina, utilizado para dejar una huella oscura sobre amplia variedad de superficies, por lo regular más claras que el gris del grafito (casi siempre de papel). Los lápices pueden dejar huellas de una casi infinita variedad de tonos y grosores, dependiendo de los porcentajes de grafito y arcilla utilizados en su fabricación así como de la presión ejercida cuando se traza con ellos. El grosor de la mina y su dureza también depende de los porcentajes de grafito y arcilla, tanto como de la finalidad para la que fue fabricado. Según su uso, los lápices están clasificados en tres categorías: blando, medio y duro. Los de la primera y segunda categoría son utilizados principalmente para el dibujo artístico y los de la última categoría, son destinados al dibujo técnico y la escritura. Los lápices están identificados por una impresión (en ocasiones troquelada) sobre su superficie en sentido longitudinal que contiene la marca y una nomenclatura universal que indica la dureza de la mina. Dicha nomenclatura es la siguiente:  9H, 8H, 7H, 6H, 5H, 4H, 3H, 2H, H, F, HB, B, 2B, 3B, 4B, 5B, 6B, 7B, 8B, 9B, siendo los primeros los de mayor dureza y tono más claro y los últimos los más blandos  y de tono más oscuro.

Desde el principio, el lápiz fue concebido con una forma ergonómica que se adapta fácilmente a la forma de la mano humana, aún cuando se le sujeta de diversas maneras dependiendo del fin que se persiga con su uso. A pesar de que en la actualidad los computadores han ido reemplazando herramientas venerables como el lápiz, éste sigue siendo un objeto altamente estimado por los artistas por su capacidad para trazar con inmediatez líneas de una extraordinaria plasticidad. Muchas de las grandes invenciones humanas fueron apuntadas o bocetadas con un lápiz. A lo largo de la historia el lápiz ha sido de gran importancia en el desarrollo del lenguaje y en la expresión de multitud de ideas. Alguna vez Miguel Ángel (que fue un maravilloso dibujante) observó que un bloque de mármol virgen era posible imaginar un número infinito de formas en su interior y sólo había que saber quitar el exceso para develarla.  Parafraseando al maestro italiano, podemos decir que un lápiz también contiene una parte fundamental del universo y sólo tenemos que quitar la madera, exponer la mina y liberar ese mundo de ideas y obras contenido en su interior.


Mariano Esquivel.
Bogotá, Octubre de 2012

martes, 16 de abril de 2013