PRESENTACIÓN
A LA EXPOSICIÓN
CALIDOSCOPIO
ALGUIEN SUEÑA es
el título de un poema de J. L. Borges. La instalación que repite esa
inscripción es su tautología. Como tal, sólo puede aproximar apenas un reflejo
en el espacio tridimensional y ser, una suerte de tributo o gratitud a quien
nos ha prodigado tantos momentos de comunión con aquello que hemos denominado
arte.
La primera línea
del poema de Borges interroga "¿Que habrá sonado el tiempo hasta ahora,
que es, como todos los ahora, el ápice?". El poema se responde a si mismo
como la enumeración de una serie de objetos, hechos, personajes y conceptos
inherentes a las culturas de todos los tiempos, transmutados por la historia en
símbolos o formas arquetipales. Son los sueños del Tiempo, que al final del poema
sueñan además al poeta, su perceptor. Allí esta el tiempo objetivo y subjetivo,
pero también el infinito en esa forma finita que es el poema, que es el arte.
Paralelamente, la pieza asume una inquietud primordial (muy probablemente
trivial, derivada del problema paradojal de la mitificación y desmitificación
del artista y la obra de arte:
artista-demiurgo-omnipresente-sacro-héroe-soñador
ó
artista-hombre-imitador-mártir-hereje-soñador
La instalación
denominada HEXÁGONO DEL CIRCUITO QUINCE NOVENTA Y CINCO también es consecuencia
de la obra literaria de Borges. La biblioteca puede ser un símil del Universo,
estructurado en una arquitectura casi infinita de modules hexagonales poblados
de todos los símbolos, todas las lenguas y todas sus posibles variaciones y
combinaciones. Aquí pues, su mínima expresión la que puede ser visitada por el
publico a través de los ojos de su único habitante.
El conjunto de
seis esculturas que cierra esta trilogía es una suma de nostalgias de homenaje
a los mayores, de juegos conceptuales y de tiempo detenido. La idea, el
acontecimiento y la ausencia atrapados en iconos totémicos para una
contemplación perpetua.
Mariano Esquivel, Caracas 2001