sábado, 23 de febrero de 2013


PÉNDULO




 Sin embargo, ay, cuán en los callejones
de la ciudad de la pena,..

Rilke.





En la penumbra

Trémulo

Oscila un pensamiento

Es un culto fulgurante

Inmenso y deforme

Crepitante

Encarnado en sí

Irreal y pagano

Erosión de luz

Óxido de carne

Plano inacabado

Rojo

Híbrido

Punto quieto del universo

Más tenso aún

Mi arco en fuga

Sobre la cúpula del mundo


Mariano Esquivel, Caracas 1996




miércoles, 6 de febrero de 2013





SEIS VENTANAS PARA EL ÁVILA

Puede decirse con propiedad que todo caraqueño es hijo del Ávila. La montaña que acompaña con su presencia el caminar de quienes habitamos esta ciudad, es un ícono nacional homenajeado por músicos, poetas y pintores. Más allá de su importancia histórica y ecológica, el Ávila es también un símbolo espiritual (así como estético), que simboliza constancia, cobijo, protección, monumentalidad, esperanza, etc. La obra Seis Ventanas para el Ávila es un tributo más a esa significación estética y espiritual por parte de su autor.

A lo largo del Siglo XX se levantaron lenta e inexorablemente los altos edificios que comenzaron a obstaculizar la visual que otrora tuviéramos de esta querida montaña casi desde cualquier ubicación de la ciudad, y ahora, la vemos sólo parcialmente o desde los sectores más elevados de la misma. Poco a poco el concreto se interpuso entre el Ávila y los habitantes del valle de Caracas, generando la necesidad de continuar contemplándolo a través de pinturas y fotografías. Seis Ventanas para el Ávila simbolizan conceptualmente una forma de acercamiento a la montaña, abriendo seis ventanas virtuales a través de las paredes que la ocultan; son seis ventanas para asomarnos a la belleza y toda la significación positiva del Ávila.

La obra fue concebida y ejecutada por ordenador y plasmada en lienzo con la técnica del Giclée. Lo cual es indicativo de que los recursos tecnológicos empleados por los artistas para crear imágenes han evolucionado desde las pinturas con cenizas y pigmentos vegetales de las cuevas de Altamira, pasando por el temple, las acuarelas, el óleo, el grabado, el collage, el acrílico, la serigrafía, la fotografía, la holografía y ahora el giclée. Muchas de estas técnicas han sido empleadas para representar el Ávila, las técnicas cambian con el tiempo y se renuevan, pero la montaña y la necesidad del artista y del contemplador permanecen inalterables.


Mariano Esquivel, Caracas. 2008

sábado, 2 de febrero de 2013


PRESENTACIÓN A LA EXPOSICIÓN
CALIDOSCOPIO

ALGUIEN SUEÑA es el título de un poema de J. L. Borges. La instalación que repite esa inscripción es su tautología. Como tal, sólo puede aproximar apenas un reflejo en el espacio tridimensional y ser, una suerte de tributo o gratitud a quien nos ha prodigado tantos momentos de comunión con aquello que hemos denominado arte.

La primera línea del poema de Borges interroga "¿Que habrá sonado el tiempo hasta ahora, que es, como todos los ahora, el ápice?". El poema se responde a si mismo como la enumeración de una serie de objetos, hechos, personajes y conceptos inherentes a las culturas de todos los tiempos, transmutados por la historia en símbolos o formas arquetipales. Son los sueños del Tiempo, que al final del poema sueñan además al poeta, su perceptor. Allí esta el tiempo objetivo y subjetivo, pero también el infinito en esa forma finita que es el poema, que es el arte. Paralelamente, la pieza asume una inquietud primordial (muy probablemente trivial, derivada del problema paradojal de la mitificación y desmitificación del artista y la obra de arte:

artista-demiurgo-omnipresente-sacro-héroe-soñador
ó
artista-hombre-imitador-mártir-hereje-soñador

La instalación denominada HEXÁGONO DEL CIRCUITO QUINCE NOVENTA Y CINCO también es consecuencia de la obra literaria de Borges. La biblioteca puede ser un símil del Universo, estructurado en una arquitectura casi infinita de modules hexagonales poblados de todos los símbolos, todas las lenguas y todas sus posibles variaciones y combinaciones. Aquí pues, su mínima expresión la que puede ser visitada por el publico a través de los ojos de su único habitante.

El conjunto de seis esculturas que cierra esta trilogía es una suma de nostalgias de homenaje a los mayores, de juegos conceptuales y de tiempo detenido. La idea, el acontecimiento y la ausencia atrapados en iconos totémicos para una contemplación perpetua.

Mariano Esquivel, Caracas 2001

viernes, 1 de febrero de 2013


Mariano Esquivel: Caballero De Las Alegorías


“la burla del ideal habría sido grave empeño en Cervantes, pero mirad que en su sonrisa hay una lagrima.” Palabras de Víctor Hugo, Al margen de Don Quijote.

El uso frecuente de alegorías para destacar un trabajo plástico que se teje en la fusión de otras manifestaciones artísticas, presume en Mariano Esquivel un indagador del pasado. como nostalgia e ideal caballeresco, ungido por el Medio Evo y el hacer Cervantino. En él habita el espíritu quijotesco digno de ser revisado por el Oeil de Silence. Mariano no acumula objetos en el plano como la época aconseja, más bien trabaja con metáforas y símbolos precisos como corazones ahuecados; féminas que sustituyen o desplazan los molinos de viento; es ante todo la manera como Quijote se imaginaba a sí mismo. Ficción y búsqueda del caballero deseo de aventura o aventurarse, rescatar majas desnudas.

Él utiliza plantillas, siluetas, recupera iconos del arte universal y los traspone y carga de identidad: Caballos de Ucello; Venus de Velásquez; La Maja Desnuda de Goya y otros. Los hace convivir con personajes de la actualidad.

Buscando el “punto cero” de un ideal que aunque no lo nombra lo sugiere. Mariano Esquivel pinta en estas telas la insoslayable búsqueda metafísica del Grial. Paradoja del instante; aptitud extraña de quien se pace por el sueño enfrente a las quimeras y libera una luz pictórica que invita al iniciado a cruzar el umbral.

Roger Herrea 2005