sábado, 2 de febrero de 2013


PRESENTACIÓN A LA EXPOSICIÓN
CALIDOSCOPIO

ALGUIEN SUEÑA es el título de un poema de J. L. Borges. La instalación que repite esa inscripción es su tautología. Como tal, sólo puede aproximar apenas un reflejo en el espacio tridimensional y ser, una suerte de tributo o gratitud a quien nos ha prodigado tantos momentos de comunión con aquello que hemos denominado arte.

La primera línea del poema de Borges interroga "¿Que habrá sonado el tiempo hasta ahora, que es, como todos los ahora, el ápice?". El poema se responde a si mismo como la enumeración de una serie de objetos, hechos, personajes y conceptos inherentes a las culturas de todos los tiempos, transmutados por la historia en símbolos o formas arquetipales. Son los sueños del Tiempo, que al final del poema sueñan además al poeta, su perceptor. Allí esta el tiempo objetivo y subjetivo, pero también el infinito en esa forma finita que es el poema, que es el arte. Paralelamente, la pieza asume una inquietud primordial (muy probablemente trivial, derivada del problema paradojal de la mitificación y desmitificación del artista y la obra de arte:

artista-demiurgo-omnipresente-sacro-héroe-soñador
ó
artista-hombre-imitador-mártir-hereje-soñador

La instalación denominada HEXÁGONO DEL CIRCUITO QUINCE NOVENTA Y CINCO también es consecuencia de la obra literaria de Borges. La biblioteca puede ser un símil del Universo, estructurado en una arquitectura casi infinita de modules hexagonales poblados de todos los símbolos, todas las lenguas y todas sus posibles variaciones y combinaciones. Aquí pues, su mínima expresión la que puede ser visitada por el publico a través de los ojos de su único habitante.

El conjunto de seis esculturas que cierra esta trilogía es una suma de nostalgias de homenaje a los mayores, de juegos conceptuales y de tiempo detenido. La idea, el acontecimiento y la ausencia atrapados en iconos totémicos para una contemplación perpetua.

Mariano Esquivel, Caracas 2001

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