Sé de libros que tendría que leer descalzo
Quisiera borrar todo
con el tiempo
Lo busco
Me abrazo
inefablemente a él
Ha comenzado a esparcir
su ceniza
Sus ojos se ocultan
detrás del fuego
Detrás del espejo
Detrás de todos los
acosos del tiempo
Detrás del yo
Que huye vertiginoso
con mi sombra
Con mi alma
Que también es una
sombra
Enajenada del ser
Escondida del mundo
Consecuencia de las
palabras
Mendicante de la
existencia
Destino inexorable
En que ya no digo nada
Mariano
Esquivel, Caracas 1997
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