LETEO
(ni la oculta y minuciosa maquinaria)
Que esos rostros
Esta hora y lugar
(los símbolos que agrupo)
No son capricho inexorable
No quiero mi alma temblorosa
Agitada por una mano secreta
Suponer el próximo minuto
Escrito desde siempre en la tabla del universo
Pensar en la libertad y el complejo amor
Como signos inconciliables
Renunciar al anhelo (y su búsqueda infinita)
A la clarividencia de la blanda piedra
Al color del sonido y la luciérnaga
Contemplados por unos ojos ajenos
Quisiera sobrevivir al insomnio de la memoria
Que no sucumbe al engaño
De adormecidas palabras
Llegar al venturoso río
Abrir alguna vez
Esa única puerta que
Como los ojos de Argos
No se cerrará jamás
Mariano Esquivel
Caracas, 1996
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