CICLO
El viento tira hacia el sur, y rodea al norte;
va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo.
Ec. 1:6
Llueve
y la mirada se desnuda y se pierde feliz en la cortina de agua
El tiempo se posa entre las columnas
para poner las torres por techo
y las rodillas por almohada
Al costado se confunden las páginas de mil libros
que por un momento
nadie habrá de leer
La mirada retorna a su esencia
tiene la claridad que se funde con la penumbra del ocaso
sacudida por la luz y el fragor del trueno
Trae consigo la revelación que no encuentra espacio en las palabras
Y no es aquí más
que su pobre enumeración:
Todo me ha sido concedido
Hoy me has regalado la lluvia como una luz prodigiosa
mágica o milagrosa como todas las de mi vida
Me has dado años como fulgores
que crepitan incandescentes
en los rincones del alma
Una existencia colmada de vidas ajenas
que sintió y (siente)
ser hombres animales y cosas
Conozco el viaje de una gota de agua que en medio de la tempestad
encuentra su destino
El hechizo de un instante
ebullición de sangre
En las venas
el calor de una lágrima
Rojo magma brotando
de los momentos pasados que vuelven
sin que nadie los llame
Me has dado los seres que “son pocos; pero son...”
Líneas y colores para modelar mi geografía
Constelaciones que nacen o mueren
Ritos para hacer el exorcismo de cada día
Una sombra independiente que me acompaña a todas partes
y riega mi imagen por los caminos
Un carrito de legos que asciende poemas
y es mi perpetuo aniversario
Me has dado la voz y el silencio
La música y los libros
(altar maravilloso)
La soledad y el amor a la soledad
La oscuridad
parecida a un vestido de gala
El fuego surgiendo de las manos y la sal incorruptible
He puesto los pies en le punto donde se cruzan todos los caminos
donde comienzan todos los laberintos
Me has dado la potestad de elegir
y la vida como un acertijo
La paciencia
a veces pasajera
Objetos que fueron míos
llevan mi sangre y un destino propio
He tenido el rencor
la cobardía y el miedo
vilezas que van y vienen como el sol cada mañana
He tenido la desdicha y la felicidad
el sueño y la pesadilla
La ignorancia y el desacierto
He sentido el vacío
el vértigo de la caída
y la alegría indecible del vuelo
El calor de la carne que abraza el puñal
y la corrupción del cuerpo que lo recibe
La transmutación en estrella fugaz
cuando dibuja su luz en el cielo
La maquinaria del reloj y cada grano de arena
El tiempo que se adelanta o se atrasa
en múltiples latidos
hasta cesar
He tenido el ímpetu y el cansancio
La fe vigilante del grano de mostaza
sembrado en la montaña
que se planta en el mar
La esperanza ciega y desbocada
proyectada a todos los puntos del universo
Ya he vivido todo eso
en una secreta sabiduría
como un hondo dolor cuando marcha parejo con la duda
Me has dado también la plenitud
el amor y la posibilidad del amor
La memoria para siempre anclada en el corazón
El recuerdo de una canción de cuna
y el arrullo de la voz que me hizo niño de nuevo
Me has dado la hora que cierra este círculo
para abrirse en otro nuevo
repitiéndose perenne
al infinito
Mariano Esquivel
Caracas, 1996
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