miércoles, 19 de diciembre de 2012



EL VIAJERO


A Maythé.





Siempre apagaba el camino transformado en neblina

Siempre inclinaba la cabeza y seguramente cerraba los ojos

Diminutos estallidos salpicaban el pentagrama de los párpados

(allí donde el universo se abre)

Allí encontró un manuscrito

Una música secreta

El rostro amado y el sabor de una palabra

Caminando

Llevando los pasos hacia dentro

A los umbrales de la bóveda del pecho

(virtualmente ciego como ciego es el amor)

Halló también el posible color de la oculta belleza

Una lágrima derramada por un pétalo

De la rosa llorando cada mañana

La tempestad de un ojo y el arco iris de otro

Halló el abismo sospechado en el vacío

Halló recuerdos incansables

Halló el sueño


Mariano Esquivel
Caracas, 1996


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