PLEGARIA
A Alejandra
No vuelvas a las cavidades de la tristeza
No visites la casa donde asechan
Arcanas pesadillas
No temas la fragilidad del hielo
Que besa reverente
El calor de tus pisadas
No temas el agua
Que sostendrá sin dudarlo
El peso del ángel que camina
No regreses a los laberintos solitarios
Destinados a míseros condenados
No dejes al que pronto será ausente
No dejes de brillar
Cuando el mar lo llena todo
Y la noche multiplica la soledad del naufrago
Ya sabes
Quién atraviesa las tinieblas
No ve la brújula ni el sextante
Quién atraviesa las brazas
Sólo quiere su jardín
Su anhelado paraíso
No apagues la lámpara ni retires el bastón
Ahora que no hay mapa ni Virgilio
No escondas la luz de los olvidados
Tambaleantes palpando la oscuridad
Temblorosa que no cesa
Sin el fulgor de tus rendijas
Sin el alivio luminoso de tus palabras
Ávidas de hambrientos extraviados
No cortes el hilo
Mientras vigila el Minotauro
Mariano Esquivel
Caracas, 2005
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