lunes, 21 de enero de 2013


ECO DE MORFEO



A mi corazón lo sostienen las columnas del sueño...

Humberto Diaz-Casanueva




Cómo podré traducir la voz del sueño

Que la mañana o el medio día me imponen

(secreto y jeroglífico)

Con el hambre despierta de tu imagen

Con el ansia impotente de mis palabras...

El lobo que me acompaña

Me descifra con aullidos que proyecta

Al disco que en noches plateadas

(como ésta)

Aviva el nombre del ser que me habita

Restituyo a mis insomnios

Las letras renovadas de los amigos

El pétalo oscuro que sacudió con un verso

Mi sopor trastocado en revelación:

“¿Qué importa que seas sabía?

¡Sé triste y bella! Las lágrimas

Ponen encanto en el rostro”

En un fondo de lienzo

Tramado de gestos y colores

Humedad en los ojos del que aúlla

O una reverencia

O un cáliz  rojo enmarcando

La actitud impetuosa del loco

Que vislumbra con una mirada oblicua

El nuevo lenguaje que hará posible

Un idioma para los indolentes

Para el ocio de los noctámbulos

Y el cristal de su cúpula celeste



Mariano Esquivel, Caracas 1995





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