jueves, 31 de enero de 2013


Inmemorial y Profundo

Mariano Esquivel y Ricardo Laverde nacieron en Colombia, en 1965 y 1963 respectivamente, ambos están establecidos en Caracas donde han hecho estudios formales de arte. Coinciden en la sala de exposiciones unidos en el sueño, la voz y las imágenes del poeta Jorge Luis Borges. “Alguien sueña” es una instalación multimedia en la que tenemos un oratorio ante una enorme figura crucificada, el recital de Borges y la infinita sucesión de imágenes que desencadena.
           
            El espacio es breve; la luz muy baja y el recogimiento, absoluto. La instalación invita al acto de orar por un destino humano extraviado. El poema de Borges invade todos los sentidos y paralelo a su recital, un enorme repertorio de imágenes, de una época y otra, de la historia y del arte, de todo lo que concierne al hombre, de un ir y venir de tiempos y pasiones; Marilysn, paisajes, enfrentamientos bélicos y el mismo Borges, ocurre sin fin. No conozco ese poema de Borges pero he recordado otro texto suyo: ”Mirar el río hecho de tiempo y agua/ Y recordar que el tiempo es otro río,/ Saber que nos perdemos como el río/ Y que los rostros pasan como el agua”. Así es la sucesión de imágenes de esta instalación: una tras otra, conocida o no, memorable o no, pero insistentes, válidas en sí y en el suceder de sí.

            La obra de Borges está llena de metáforas. La creación plástica y visual también. La piedad, el herido, el reclinatorio, la posibilidad de resurrección, las mil imágenes-metáforas, refieren la aliteración de la historia, de los tiempos, de la cultura, de las formas visuales. Las imágenes aparecen y desaparecen y vuelven a aparecer, para decirnos, como esa voz que nos toca desde el aire, que la gran presencia del hombre también es inmaterial, y por tanto firme en lo etéreo.

            Ese espacio de lo impalpable, de los oscuro eterno, de la rendija de luz profunda, se halla en las esculturas-instalación de Ricardo Laverde, con sus volúmenes en resina- Miguel Ángel o restos de algún tránsito- y un comprimido de tierra, un fragmento de papel, una suave luz eléctrica  y de color suspendidos aquí y allá, vivos. Las burbujas y el infimito movimiento de los peces así lo indica. Lo alto y lo profundo se trastocan en arcaico  y contemporáneo. ¿Qué es la obra hoy? Un suma de posibilidades, de recursos, donde peceras –por tanto agua y peces- son los soportes de una escultura, de una exploración por la historia, sus instrumentos –una quilla-  o una palabra, Eart, que parece mutarse en artearteartearteartearteart.
  
Juan Carlos Palenzuela.
Revista Fundación Banco Industrial de Venezuela
Número 2, Año 1 – Segundo trimestre 2001
        




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